martes, 15 de octubre de 2013

¡DESBORDANDO VALENTÍA!



¡Valientes, que sois unos valientes! Hay que ser muy valiente para aprovecharse de una mujer, maltratarla, torturarla hasta acabar con su vida. No todos los hombres somos capaces. Eso solamente está al alcance de unos pocos elegidos, de unos cuantos que desbordan ¡VALENTÍA! por los cuatro costados.

No, no creáis que lo pienso realmente. Se me ocurren muchos adjetivos para describir a estas personas, pero solo citaré uno: COBARDES. Hay que ser muy cobarde para hacerle toda una serie de “perrerías” y finalmente matar a una persona de un género sin el cual tú no estarías en este Mundo. ¡Y cuánto lo habríamos agradecido, COBARDE!

Justo en el ecuador del mes de octubre son ya cerca de 60 mujeres las que han fallecido a manos de sus parejas sentimentales. En muchos casos cuando ocurría eran ya ex parejas.  ¿Sabes por qué ha dejado de serlo? Porque no te la mereces.

Pero lo mejor de todo es el momento en que se dan cuenta de lo que han hecho e intentan acabar con su propia vida. Tirarte a una vía ferroviaria cuando no pasa el tren no te va a causar la muerte, tan solo unos rasguños o algún hueso roto; intentar cortarte las venas con un cuchillo de plástico no te va a matar; tirarte por un barranco con el coche en punto muerto no hará sino que salten los airbags. Si con eso tu conciencia se va a quedar más tranquila y vas a considerar que has intentado compensar tu daño estás demostrando la clase de persona que eres. Yo conozco puentes muy altos, puentes desde los que si te tiras les harías un favor tanto a tus familiares como a los de tu (ex) pareja. Pero eso sí, hazlo antes de causarle ningún daño a ella. A ver si después del impacto todavía te quedan fuerzas para hacerla sufrir.

La excusa perfecta ante los malos tratos suele ser que lo hacen porque la quieren, lo hacen por amor. Porque ella no se da cuenta de que con quien mejor está es con él. Si lo hicieras por amor, si lo hicieras porque la quieres le regalarías cada día el mejor de su vida. La despertarías entre susurros y caricias y probablemente acabaríais con una apasionada relación sexual. Pero sin forzarla, que eso dice mucho de una persona, amigo Valiente.

Pero claro, cuando se enfrentan al juicio por haber roto la vida de toda una familia saben que tal vez acaben en la cárcel, pero una cárcel lleno de tantos otros valientes: violadores, pederastas y gente de la misma calaña. De hijos de puta va la cosa.

Si alguno de estos  energúmenos tuviera que pasar por la desafortunada experiencia de ver como un malnacido abusa de su hija, como la golpea hasta acabar con su vida creo que cambiaría completamente de pensar y de actuar. Eso sí, no estoy diciendo que quiera que pasen por ese mal trago. No se lo deseo a nadie. 

Así que, mientras exista en el Mundo una sola mujer que nos quiera, ya sea una madre, una hermana, una amiga, una abuela o una novia deberíamos estar en contra de todo tipo de maltrato, tanto psicológico como físico. Ambos igual de dañinos.

Creedme:
                                ¡¡SIN ELLAS, SIN VOSOTRAS…NO SERÍAMOS NADA!!