¡Valientes, que sois unos
valientes! Hay que ser muy valiente para aprovecharse de una mujer,
maltratarla, torturarla hasta acabar con su vida. No todos los hombres somos
capaces. Eso solamente está al alcance de unos pocos elegidos, de unos cuantos
que desbordan ¡VALENTÍA! por los cuatro costados.
No, no creáis que lo pienso
realmente. Se me ocurren muchos adjetivos para describir a estas personas, pero
solo citaré uno: COBARDES. Hay que ser muy cobarde para hacerle toda una serie
de “perrerías” y finalmente matar a una persona de un género sin el cual tú no
estarías en este Mundo. ¡Y cuánto lo habríamos agradecido, COBARDE!
Justo en el ecuador del mes de
octubre son ya cerca de 60 mujeres las que han fallecido a manos de sus parejas
sentimentales. En muchos casos cuando ocurría eran ya ex parejas. ¿Sabes por qué ha dejado de serlo? Porque no
te la mereces.
Pero lo mejor de todo es el
momento en que se dan cuenta de lo que han hecho e intentan acabar con su
propia vida. Tirarte a una vía ferroviaria cuando no pasa el tren no te va a
causar la muerte, tan solo unos rasguños o algún hueso roto; intentar cortarte
las venas con un cuchillo de plástico no te va a matar; tirarte por un barranco
con el coche en punto muerto no hará sino que salten los airbags. Si con eso tu
conciencia se va a quedar más tranquila y vas a considerar que has intentado compensar
tu daño estás demostrando la clase de persona que eres. Yo conozco puentes muy
altos, puentes desde los que si te tiras les harías un favor tanto a tus
familiares como a los de tu (ex) pareja. Pero eso sí, hazlo antes de causarle
ningún daño a ella. A ver si después del impacto todavía te quedan fuerzas para
hacerla sufrir.
La excusa perfecta ante los malos
tratos suele ser que lo hacen porque la quieren, lo hacen por amor. Porque ella
no se da cuenta de que con quien mejor está es con él. Si lo hicieras por amor,
si lo hicieras porque la quieres le regalarías cada día el mejor de su vida. La
despertarías entre susurros y caricias y probablemente acabaríais con una
apasionada relación sexual. Pero sin forzarla, que eso dice mucho de una
persona, amigo Valiente.
Pero claro, cuando se enfrentan
al juicio por haber roto la vida de toda una familia saben que tal vez acaben
en la cárcel, pero una cárcel lleno de tantos otros valientes: violadores,
pederastas y gente de la misma calaña. De hijos de puta va la cosa.
Si alguno de estos energúmenos tuviera que pasar por la
desafortunada experiencia de ver como un malnacido abusa de su hija, como la
golpea hasta acabar con su vida creo que cambiaría completamente de pensar y de
actuar. Eso sí, no estoy diciendo que quiera que pasen por ese mal trago. No se
lo deseo a nadie.
Así que, mientras exista en el
Mundo una sola mujer que nos quiera, ya sea una madre, una hermana, una amiga, una
abuela o una novia deberíamos estar en contra de todo tipo de maltrato, tanto
psicológico como físico. Ambos igual de dañinos.
Creedme:
¡¡SIN ELLAS, SIN
VOSOTRAS…NO SERÍAMOS NADA!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario