Imaginad una pequeña y vieja barca destartalada en alta mar rodeada
de lujosos yates y grandes cruceros. Una barca que intenta soportar, como
puede, las acometidas del oleaje. Una barca llena de civiles que lo único que
quieren es salvar su vida. Los que durante tiempo han estado preparándose
saltan por la borda para refugiarse en los yates y cruceros, para poder ponerse
a salvo, siempre y cuando ellos quieran recibirlos. Mientras, el resto de
pasajeros centra toda su atención en las indicaciones de la tripulación. La
barca está tripulada por “dos hermanos”. Hermanos reñidos desde hace tiempo.
Uno situado a babor y otro a estribor dando indicaciones erróneas de cómo
salvar la situación. -Entre tanto surge la “ayuda” limitada de los otros
buques. Ayuda verbal que se limita a dar órdenes de cómo poner a salvo a todos
los pasajeros sin implicarse los más mínimo con botes salvavidas en el
auxilio-. Cuando el fuerte peso del
pasaje hace que la barca se hunda a babor hacen caso a las indicaciones del
hermano situado a estribor y todos corren hacia ese lado para evitar que el
agua irrumpa en la barca. Cuando aquí el peso es desmesurado y este hermano no
sabe como soportar la presión, los civiles corren despavoridos de nuevo a babor
para ponerse a salvo. Así una y otra vez, para evitar, a toda costa, que la
barca quede anegada. De lo que no se están dando cuenta es que,
irremediablemente y a falta de una decisión satisfactoria, mientras estos dos
hermanos discuten creyendo estar ambos en posesión de la estrategia salvadora
en vez de colaborar para evitar el naufragio, el agua va subiendo de nivel
dentro de la embarcación. Hecho que no llevará sino al hundimiento de la misma.
Esa barca que está en declive es nuestra España. Una España
que se va hundiendo poco a poco, mientras nosotros colaboramos haciendo caso a
los planes salvadores de nuestros mandatarios.
“Los hermanos” que
tripulan la barca son nuestro queridísimos, honradísimos y merecidísimos
políticos. Claro, ¿qué sería de nosotros sin todos ellos?
¿Qué más da si el país encabeza la lista de personas en
paro? ¿Qué más da si nuestro sueldo base es de los más bajos de Europa mientras
que los impuestos son de los más altos? ¿Todo esto a quién afecta? ¿A los
ciudadanos honrados? ¡Da igual! Lo importante es que ellos llenen sus
bolsillos, “trinquen” mientras puedan y luego nos dejen con el culo al aire.
Porque un político no corrupto no es un político. Y en este país “no políticos”
quedan pocos, aunque sí es cierto que los hay.
Cada cuatro años
votaremos a babor o a estribor, según quién nos acabe de hacer la vida
imposible. Si nos gobernó la izquierda nos iremos a la derecha. Si nos gobernó
la derecha nos iremos a la izquierda. Cuidado con ese balanceo, es muy
peligroso. Ellos unos caradura y nosotros seguimos sin darnos cuenta de que
puede haber otras soluciones.
Y sí, los potentes buques que “intentan ayudar” son países a
los que desde “arriba” les hacen caso como si les interesa lo más mínimo
nuestra situación. Recortes, recortes y más recortes. Háganles caso para poder
seguir codeándose con ellos mientras que a los nuestros, a los tuyos, los vas
metiendo cada vez más y más en la miseria. Eso es INTERÉS ECONÓMICO, además de complejo
de inferioridad.
Por si tenemos pocos, de repente aparece un “fantasma” del
pasado en un programa de televisión y nos dice que tal vez pueda volver a la
política. Si usted va a aportar algo nuevo, valioso y que nos ayude, adelante.
Si va a hacer lo mismo que están haciendo, lo mismo que se ha hecho hasta
ahora, absténgase señor J.M.A. Desde mi opinión, esa decisión no la habría
tomado sin un buen estrujón a la “botella”.
Y es que en España somos líderes en fantasmas. Y si no miren
el aeropuerto de personas de Castellón. El más sonado últimamente pero no el
único. Que ningún avión se vea en la necesidad de aterrizar ahí, no sea que
choque con la escultura allí presente, la culpa sea del piloto (ya pasó en el
accidente de metro de Valencia) y se vea alterado el Ego de la alta alcurnia.
Menos mal que lo de los barcos y yates es una metáfora, porque si tuviéramos
que esperar la salvación en avión desde aquí la llevamos clara.
En fin, solo decir BRAVO a los que saltaron por la borda
para conseguir la salvación, espero que lo consigan. Y a los que nos quedamos,
hagamos que esto pueda funcionar mejor entre todos. Y si naufraga al menos que
lo poderosos hagan como el capitán del Titanic: esperar hasta el hundimiento
dentro de la barca. ¡Oh, no! ¡Para eso hace falta un par de narices…! ¡Y se les
mojarían los billetes! ¡ESTAMOS JODIDOS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario