“-¿Tú eres…? Ostras, qué fuerte. Yo a ti te conozco. Tú has
salido por la tele. Ya verás cuando se lo diga a mis amigas. ¡Qué fuerte, tía,
qué fuerte! Si eres súper famoso, y yo hablando contigo. ¡Tú eres concursante
de Gran Hermano!
-No, yo soy Premio Príncipe de Asturias de las Letras y he
escrito 6 novelas.
-Pensaba que eras famoso de verdad. No me interesas.”
Y esto es lo que ocurre en nuestras fronteras: cantidad de
talentos desperdiciándose por el camino porque le damos más valor a cualquier
petardo que sale en un Reality Show de televisión.
El más popular de todos es el conocido como GH (me ahorraré
el nombre no vaya a ser...). Basta con entrar ahí para tener tu propio club de
fans, tanto en las calles como en las redes sociales, programas especiales
dedicados a tu expulsión de la casa (si no vales ni para eso, plantéate un
cambio en tu vida), y tertulianos sacando la cara por ti como si te conocieran
de la vida o detractores que se encargarán de sacar todos tus trapos sucios. A
partir de eso momento, serás nacionalmente conocido/a y podrás vivir de eso, de
no haber hecho nada en tu vida sino pasearte delante de cámaras mientras
practicas el llamado “edredoning” con alguien a quien acabas de conocer dejando
en la estacada al amor de tu vida que te espera fuera. Pobre iluso. ¿A quién no se le hace la boca agua?
Lo del club de fans es la bomba. Pero cuidado con haceros
fans de la página equivocado. Tienen que especificar bien que es la “Página
Oficial”. No aceptéis imitaciones.
Y yo me pregunto: ¿Dónde está la página oficial de fans del
bombero que arriesga su propia vida para salvar la de otros que no conoce?
¿Dónde está la página oficial de fans del médico que se mete en un quirófano
con la vida de otros entre sus manos? ¿Dónde está la página oficial de fans del
maestro que “juega” con el futuro de un país?
Si al menos tuvieran una habilidad por la que presumir, lo
entendería. Ya no digo que fueran “Doctores Honoris Causa”, ni siquiera los descubridores de la vacuna
contra enfermedades mortales, simplemente deportistas de élite o cantantes que
tienen algo mostrar al mundo.
No contento con las galas semanales, repetidas una y otra
vez, y los programas que dedican un “ratito” de su programación a ellos,
disponemos de un programa 24 horas. “Para sentirte como en casa”. Por si te
interesa verlos mear, discutir, ir al confesionario a decir lo agobiados que
están en la casa (claro, pobrecitos) o cómo, en un alarde de inteligencia sublime
(que de eso trata el programa), se sacan un moco.
Somos el país con más ediciones a nuestras espaldas, que se
dice pronto. La 1ª, yo mismo la vi, parecía graciosa, espontánea. Con la 2ª
edición la cadena que lo emite probó suerte a ver “si colaba”. Y coló. Con la
tercera se dieron cuenta que se harían de oro. Con la 4ª se empezaban a
descojonar del respetable. Así sucesivamente. Y con la decimocuarta, la catorce
por si lo lee algún seguidor acérrimo del programa, han visto que el
encefalograma de España es plano.
Las excusas suelen ser del tipo: “es que no hacen nada mejor
en la tele”. Eso me da bastante lástima. Que no hagan nada mejor es muy
lamentable, pero quizás dejarían de emitirlo si perdieran audiencia. Cosa
que no creo posible. ¿Sabéis por qué? Porque es muy fácil no pensar, ver
programas insulsos que crean a los superhéroes de la nueva hora, en los que a
lo máximo que se aspira es a hacer un posado en “paños menores” en alguna
revista erótica. Como he dicho anteriormente, estos programas se llaman Reality
Show. A diario, grupos de defensa de los animales se quejan y protestan porque
hacen “Reality´s” con cobayas. Y sin embargo, de esto no nos quejamos.
Yo, en lo que mejoran cierta programación, cambiaré de canal
para ver deporte, comedia, películas o
series a la española a pesar de que no están consideradas como buenas. Pero es
que, la vergüenza ajena es una de mis peores emociones.
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